Este artículo forma parte de una serie de reflexiones escritas por nuestro Consejo de Administración Internacional para celebrar el 800 aniversario del Cántico de las Criaturas.
Mientras nos enfrentamos a los efectos cada vez más intensos del cambio climático, el año 2025 ofrece una oportunidad sagrada para la reflexión, el compromiso renovado y la acción profética. Este año, la familia franciscana de todo el mundo celebra tres hitos profundamente relacionados: el 800 aniversario de El Cántico de las Criaturas de San Francisco de Asís, el décimo aniversario de la encíclica Laudato Si’ del Papa Francisco y el Día de la Tierra 2025. Estos aniversarios son más que fechas, son una llamada a despertar nuestro espíritu franciscano de justicia ecológica y a profundizar nuestro cuidado por nuestro hogar común.
En 1225, San Francisco compuso El Cántico de las Criaturas, alabando a Dios a través del Hermano Sol, la Hermana Luna y todos los elementos de la creación (Agua, tierra, aire y fuego). Incluso en el sufrimiento, Francisco veía el mundo como una comunión sagrada de vida. Hoy, su visión nos desafía a ir más allá de la dominación y el consumo, hacia el parentesco y la reverencia, cuidando de la Madre Tierra. «Alabado seas, mi Señor, por la hermana nuestra madre tierra, la cual nos sustenta y gobierna…» Estas palabras no solo son hermosas, sino que también son una visión profundamente profética de la justicia ecológica.
El papa Francisco se hizo eco de este espíritu en Laudato Si’, que sigue inspirando a muchas personas desde su publicación en 2015. Esta encíclica sigue siendo una de las respuestas morales más poderosas de la Iglesia a las crisis climáticas y ecológicas. Nos recuerda que el cuidado de la creación no es opcional. Está en el corazón de nuestro discipulado cristiano católico: «Vivir la vocación de ser protectores de la obra de Dios es esencial para una vida virtuosa». (LS 217). El Papa relaciona nuestra crisis ecológica con la injusticia y la pobreza. «El clamor de la tierra y el clamor de los pobres son el mismo clamor» (LS 49). La destrucción de los ecosistemas, la contaminación por plásticos y la pérdida de biodiversidad no son cuestiones aisladas. Son síntomas de una cultura del descarte que trata a las personas y a la naturaleza como algo casual.
Pero Laudato Si’ no es solo una crítica. Es un llamado a la esperanza y a la acción. En las bases, los franciscanos vivimos este llamado todos los días. En Kenia, involucramos a escuelas y parroquias en la plantación de árboles, la limpieza y la educación Laudato Si’. En lugares como Filipinas, las Islas Salomón y América Latina, nuestras hermanas y hermanos trabajan con las comunidades locales en la agricultura sostenible, la resiliencia climática y la defensa de los derechos indígenas. Un ejemplo poderoso es el centro comunitario franciscano JPIC Africa-Laudato Si en Isinya, Kenia. Este centro, entre el pueblo masái, consta de un pozo de agua comunitario, una granja de demostración agroecológica y otros programas centrados en el empoderamiento de la comunidad. Arraigado en la espiritualidad franciscana y de los masai, el centro ofrece un ejemplo vivo de cómo la acción climática, el respeto cultural y el cuidado espiritual pueden ir de la mano. Es una respuesta no solo a la destrucción ecológica, sino también a la marginación de las voces indígenas en la conversación climática.


En este viaje, caminamos junto a muchos otros, incluyendo la Red Madre Tierra y el Movimiento Laudato Si’ (MLS). El MLS ha movilizado a católicos de todo el mundo para que abracen la conversión ecológica. Su apoyo a iniciativas locales, la formación de animadores Laudato Si’ y las campañas de promoción mundial complementan la labor de los franciscanos y amplifican nuestra voz compartida en favor de la Tierra y los pobres. Juntos, estamos construyendo un movimiento global basado en la fe, la ciencia y la solidaridad y dando vida a Laudato Si’.
El tema del Día de la Tierra de este año, «El planeta contra los plásticos», nos ofrece una forma concreta de llevar a la práctica este llamamiento. Los plásticos están asfixiando el planeta y perjudicando a los más vulnerables. Inspirados por Laudato Si’, instamos a todas las comunidades franciscanas y a las personas de buena voluntad a rechazar los plásticos de un solo uso, abogar por un cambio político audaz y crear conciencia a través de la educación y la oración. A nivel internacional, Franciscans International lleva estas experiencias de base a las Naciones Unidas, donde abogamos por la justicia climática a través de la lente de los derechos humanos y la dignidad.
En palabras del papa Francisco: «Todo está conectado» (LS 91). La crisis ecológica es una crisis espiritual. Nos invita a una conversión más profunda, a una renovación de nuestra relación con Dios, con los demás y con la creación. Nos pide que vivamos con sencillez, caminemos con humildad y actuemos con justicia.
Celebremos estos aniversarios no solo con celebración, sino con valentía. Sigamos los pasos de San Francisco, abrazando una espiritualidad que es alegre, encarnada y comprometida con los clamores de nuestro tiempo. Laudato Si’ no es solo un documento, es una hoja de ruta para una nueva forma de ser. Al mirar hacia el futuro, que nuestra oración se convierta en acción y nuestra acción en alabanza: «Alabado seas, mi Señor».
Hermano Benedict Ayodi OFMCap
Se trata de una traducción automática. Rogamos disculpen los errores que puedan haberse producido. En caso de divergencia, la versión inglesa es la autorizada.