Entre las devastadoras consecuencias del cambio climático, la atención suele centrarse en las cosas a las que podemos poner precio, como los daños en infraestructuras y propiedades o la destrucción de cosechas por un huracán. Sin embargo, los riesgos climáticos también amenazan con causar una amplia gama de impactos intangibles en todo el planeta. Por ejemplo, en los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo, la subida del nivel del mar pone a las comunidades en riesgo de perder no sólo sus tierras y medios de subsistencia, sino también su patrimonio cultural, su identidad e incluso su lengua.

En otras palabras, hay aspectos de la vida humana que no pueden considerarse bienes materiales cuantificables económicamente. Además, cualquier intento de poner un valor monetario a la pérdida de vidas o de salud humana plantea serias cuestiones éticas. Aunque la Alianza de los Pequeños Estados Insulares ha estado al frente del planteamiento de estas cuestiones desde la década de 1990, el concepto de pérdidas y daños no económicos (PND) no surgió hasta hace relativamente poco como una cuestión política dentro de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Clima (COP18) celebrada en Doha en 2012 mencionó formalmente las NELD por primera vez y se considera un hito en el reconocimiento de la necesidad de abordar esta realidad que, de otro modo, se pasaría por alto. Desde entonces, la NELD se ha incluido en el Mecanismo Internacional de Varsovia para pérdidas y daños y en el Acuerdo de París. Sin embargo, sigue faltando consenso sobre cómo definir y evaluar las NELD. Un enfoque global para abordar y compensar estos impactos del cambio climático está aún más lejos.

Para ayudar a avanzar en el debate, Franciscans International coorganizó un evento paralelo durante la 56ª Sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU para explorar las dimensiones éticas y de derechos humanos de la NELD. Este debate, que reunió al nuevo Relator Especial de la ONU sobre el cambio climático, a expertos en derechos humanos y a representantes de las organizaciones de base, formaba parte de los esfuerzos que está realizando la sociedad civil para que esta cuestión forme parte integrante de las deliberaciones de la ONU sobre el cambio climático.

Una distinción borrosa

Uno de los hilos conductores de todo el evento fue la complejidad de la cuestión. La distinción entre pérdidas y daños no económicos y económicos a veces puede ser borrosa y una puede extenderse a la otra. Por ejemplo, el daño a un ecosistema debido al cambio climático se consideraría una pérdida no económica, mientras que la pérdida de alimentos derivada de él sería económica. Como explicó Kira Vinke, de la Unidad Climática del Consejo Alemán de Relaciones Exteriores: «Las pérdidas y daños no económicos son las causas profundas de otras pérdidas que pueden parecer más acuciantes. Sin embargo, si no somos capaces de abordar estas pérdidas y daños no económicos, no podremos resolver la crisis en cascada que emana de ellos.»

Estos retos ya están afectando a muchas de las comunidades con las que trabajamos en Franciscans International. Por ejemplo, las zonas rurales de Centroamérica se han visto afectadas por sequías prolongadas y fenómenos meteorológicos extremos. La consiguiente escasez de alimentos, combinada con otros factores económicos, sigue alimentando los desplazamientos. «Las pérdidas y daños no económicos pueden incluir varias dimensiones de la movilidad humana, a saber, el desplazamiento, la pérdida de territorio, la pérdida de patrimonio cultural o la pérdida de conocimientos locales», afirmó Ana Victoria López, que representó a la Red Franciscana para los Migrantes durante el Consejo de Derechos Humanos.

Salvando las distancias

A pesar de su relevancia y urgencia, el concepto de pérdidas y daños no económicos está aún lejos de ser plenamente operativo en las políticas para mitigar los daños causados por el cambio climático. Se supone que el Fondo para Pérdidas y Daños, creado en 2022 en consonancia con el Acuerdo de París, debe ayudar a compensar a los países en desarrollo por los impactos negativos del cambio climático. Sin embargo, ante la falta de financiación, el fondo cubre actualmente menos del uno por ciento de los costes anuales estimados. Aún no está claro si el fondo cubrirá efectivamente el NELD.

Sin embargo, como declaró durante el acto Rina Kuusipalo, representante de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, «la determinación del valor es ciertamente más difícil para aquellos intereses que no están sujetos a transacciones de mercado, como la pérdida de seres queridos […] pero el hecho de que sean difíciles de medir o estimar con estándares monetarios no los hace menos reales y no hay ninguna razón por la que la persona perjudicada no deba ser compensada».

La dignidad de la persona humana y la protección del medio ambiente ocupan un lugar central en el debate sobre el NELD. A través de esta lente, las pérdidas de las personas no se reducen a las económicas – se tienen en cuenta los impactos sociales y psicológicos, dibujando una imagen más amplia de lo que significa ser humano.

Próximos pasos

El evento también puso de relieve la importancia de las organizaciones religiosas a la hora de abordar el NELD, debido a sus profundos y a menudo antiguos vínculos con las comunidades afectadas. La proximidad es esencial tanto para comprender plenamente la deuda de sus pérdidas como para entender cómo la falta de financiación y de medidas de adaptación están repercutiendo en sus vidas. Elena Cedillo, representante del Foro Interreligioso de Ginebra que incluye a FI, también subrayó que estas organizaciones pueden proporcionar un sentimiento de pertenencia y de comunidad que resulta esencial en tiempos de crisis.

Una de las formas en que FI asumirá este papel es planteando el NELD en la próxima COP29 en Bakú, Azerbaiyán. Allí, así como a través de otros mecanismos de la ONU, seguiremos abogando por un enfoque de las pérdidas y daños económicos y no económicos basado en los derechos humanos, haciendo hincapié en la importancia de captar todos sus aspectos, incluidos aquellos que no son fácilmente cuantificables pero que son fundamentales para el bienestar, la resiliencia y la dignidad de las personas.

Se trata de una traducción automática. Rogamos disculpen los errores que puedan haberse producido. En caso de divergencia, la versión inglesa es la autorizada.

El Consejo de Derechos Humanos se reunió para celebrar su 56ª sesión entre el 17 de junio y el 12 de julio de 2024. Líneas abajo usted podrá encontrar todas las declaraciones pronunciadas por Franciscans International durante esta sesión cuando estén disponibles. Nuestras intervenciones pasadas de labor de  incidencia están disponibles aquí.


Ítem 6: Examen Periódico Universal – México (4 de julio)

A la conclusión de su Examen Periódico Universal, México adoptó 25 de las 28 recomendaciones concernientes a migración y asilo. Si bien como FI confiamos en que dicha adopción mejore la actual situación y resulte en la aplicación de estas recomendaciones, seguimos preocupados por el hecho de que la política de migración se base en un enfoque de militarización y criminalización. En nuestra declaración hemos instado a México a retirar a las fuerzas militares del control policial y migratorio, y también a revisar la Ley de  Migración.

Declaración completa (en español)

Ítem 3: Diálogo interactivo con el Relator Especial sobre los derechos humanos de los migrantes (26 de junio)

En años recientes, el Reino Unido (RU) ha aprobado varias leyes dirigidas a disuadir a quienes puedan tener una solicitud legítima de asilo. Dichas leyes incluyen la Ley de Migración ilegal de 2023 y la Ley de Seguridad de Ruanda de 2024, algunas de cuyas secciones violan las obligaciones del Reino Unido en materia de derechos humanos, según dictámenes de tribunales del RU. La última parece ser un ataque directo al imperio del derecho, puesto que pretende directamente desacatar un dictamen de la Corte Suprema. Franciscans International reiteró que el RU debe respetar el derecho internacional, defender los derechos humanos de los migrantes y solicitantes de asilo, y poner fin a sus políticas, prácticas y declaraciones que los satanizan y retraumatizan.

Declaración completa (en inglés)

Ítem 3: Diálogo interactivo con la Relatora Especial sobre los derechos de los desplazados internos (21 de junio)

Aunque la falta de acceso a Papúa Occidental ha dificultado la tarea de verificar la cifra exacta, que según cálculos estimativos indica la existencia de 76.919 desplazados internos (DI) debido al conflicto en curso. Franciscans International ha recibido informes sobre el saqueo de la infraestructura civil por los militares y la muerte de  desplazados internos en campamentos, como consecuencia de las deterioradas o francamente malas condiciones de vida. La falta de servicios básicos afecta en particular a las  mujeres y los niños indígenas papuanos. Mientras las autoridades afirman que el regreso de los DI a sus casas es seguro, los que regresaron afirman que viven bajo constante vigilancia e intimidación de los militares. En una declaración conjunta, hemos llamado  a las autoridades indonesias a garantizar el derecho a un regreso seguro y a salvo, a conceder el acceso irrestricto a las organizaciones humanitarias, y a permitir que observadores independientes monitoricen e informen sobre la situación de los derechos humanos.

Declaración completa (en inglés)

Comunicaciones escritas

Situación de los derechos humanos en Uganda: Necesidad de mayores esfuerzos coordinados para combatir la trata de personas

Pese a adoptar un plan de acción nacional para combatir la trata de humanos, la práctica sigue generalizada en Uganda donde tanto hombres como mujeres por igual son reclutados como mano de obra en el extranjero por agencias fraudulentas. Una vez en el extranjero, quedan en peligro de explotación sexual y económica. Una vez que las víctimas retornan a Uganda, viven carentes de servicios adecuados y de apoyo económico; el gobierno prefiere apoyarse en organizaciones de la sociedad civil para brindar este cuidado. Aun reconociendo los esfuerzos hechos para abordar este problema, como Franciscans International, hemos instado al  gobierno a que incremente el financiamiento y la capacitación para vigilar y enjuiciar a las agencias fraudulentas, y fortalecer su marco legislativo incluyendo una perspectiva de género y de edad.

Declaración completa (en inglés)

Derechos humanos en Filipinas (24 de junio)

La situación de los derechos humanos en Filipinas sigue siendo altamente  preocupante: el actual gobierno persigue a los defensores de derechos humanos con impunidad y no ha rendido cuentas por violaciones pasadas, en las que se incluyen más de 27.000 ejecuciones extrajudiciales durante la llamada ‘guerra contra las drogas’.  El programa conjunto de la ONU, destinado a fortalecer la investigación de estas violaciones, llegará a su fin en 2024 sin lograr sus metas. Siempre mirando al futuro, hemos insistido en que se haga una evaluación independiente de este programa para valorar cuánto progreso se ha logrado. También hemos reiterado nuestro llamado al gobierno de Filipinas a cumplir con sus obligaciones en materia de derechos humanos  y a cooperar plenamente con la Corte Penal Internacional cuando investigue los posibles crímenes de lesa humanidad cometidos durante la ‘guerra contra las drogas’.

Declaración completa (en inglés)

Obligaciones del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte en materia de derechos humanos sobre migración y solicitantes de asilo (21 de junio)

Solo en los últimos tres años, en un intento abiertamente declarado de disuadir a migrantes y solicitantes de asilo de ingresar en el Reino Unido, han entrado en vigor varias leyes. Algunos tribunales han dictaminado que hay elementos en estas leyes que violan tanto las leyes internacionales como las normas nacionales. Destacando estos casos, Franciscans International instó al gobierno del RU a abandonar las políticas identificadas por sus propios tribunales como incompatibles con las leyes y normas internacionales, y a cumplir sus obligaciones en materia de derechos humanos.

Declaración completa (en inglés)

Situación de los derechos humanos en Sri Lanka: Necesidad de garantizar rendición de cuentas por el ataque perpetrado el Domingo de Pascua en 2019 (21 de junio)

Desde los ataques del Domingo de Pascua de 2019 que se cobraron las vidas de más de 260 personas, los sobrevivientes y las familias de las víctimas todavía andan en busca de la verdad. En una declaración conjunta, exigimos una investigación penal apropiada sobre la implicación de Nilantha Jayawardena, exdirector del Servicio de Inteligencia del Estado (SIS) y acusaciones que pesan sobre él de ser el directo responsable de la negligencia que llevó a los bombazos. También hemos demandado ayuda internacional para descubrir a todos los autores intelectuales y materiales tras los ataques, para garantizar una adecuada y pronta indemnización a los sobrevivientes y a las familias de las víctimas, así como poner en práctica las recomendaciones de la Comisión Presidencial de Investigación.

Declaración completa (en inglés)

Situación de los derechos humanos de los desplazados internos en Papúa Occidental, Indonesia (13 de junio)

A partir de abril de 2024, más de 76.900 personas han sido desplazadas por la violencia en curso en Papúa Occidental. Hay informes que indican que estos desplazados internos (DI) enfrentan  la falta de acceso a atención médica y educación, y que muchos experimentan acoso de los miembros de las fuerzas de seguridad. Aquellos que pueden retornar a sus hogares  continúan viviendo bajo una fuerte  presencia  de las fuerzas de seguridad y tienen acceso limitado a servicios básicos. En una declaración conjunta, Franciscans International llamó al gobierno indonesio a defender los derechos humanos de los desplazados internos, a permitir el acceso de organizaciones humanitarias e invitar a la Relatora Especial sobre desplazados internos a dirigir una visita para monitorizar la situación y hacer recomendaciones.

Declaración completa (en inglés)

Thumbnail: UN Photo / Jean Marc Ferré

Franciscans International llevó a cabo recientemente un taller de capacitación con miembros de la Familia Franciscana en Madagascar, antes del próximo Examen Periódico Universal (EPU) del país. La formación siguió a una misión de investigación realizada en mayo de 2024 por la Comisión de Justicia y Paz de la Orden Franciscana Seglar, que se reunió con las autoridades locales y las comunidades de desplazados internos en el norte de Madagascar.

Las sequías prolongadas y las hambrunas subsiguientes en el sur han alimentado una oleada de migraciones internas, lo que ha provocado un aumento de las tensiones entre los desplazados y las comunidades de acogida. Sin embargo, estos flujos migratorios también han puesto de manifiesto importantes deficiencias en la respuesta del gobierno, y la gente indica que la ausencia de infraestructuras y la incapacidad de las autoridades para hacer frente a las hambrunas fueron factores clave en su decisión de marcharse. Las comunidades antandroy del sur ya sufrían marginación y discriminación, y la crisis actual no ha hecho sino erosionar aún más la confianza en el gobierno. 

La ausencia de un marco reglamentario para hacer frente a estos flujos migratorios también está agravando aún más la situación. Si bien la migración laboral estacional desde el sur ya era habitual, la crisis actual empuja a la gente a trasladarse de forma permanente. Estas comunidades desplazadas denuncian dificultades para acceder a la educación, los alimentos y el agua, y se enfrentan a la estigmatización en sus comunidades de acogida. Mientras tanto, las comunidades desplazadas del sur recurren a ciertas prácticas culturales, como la agricultura de roza y quema, que entran en conflicto con las prácticas existentes en el norte y provocan una mayor degradación medioambiental. Los funcionarios apenas se esfuerzan por resolver estos problemas, y los observadores denuncian una corrupción endémica y una mala gestión de los fondos climáticos. 

Con el apoyo de FI, los franciscanos de Madagascar transmitirán sus conclusiones a la ONU antes del EPU de Madagascar a principios de 2025. En virtud de este mecanismo, el historial de derechos humanos de todos los Estados miembros de la ONU se examina de forma rotatoria. Al final de este proceso, se hacen recomendaciones para mejorar la situación, estableciendo puntos de referencia concretos para futuras acciones y políticas. FI aprovechará esta oportunidad para defender la adopción de un marco sólido para mejorar la situación de las comunidades desplazadas, así como la ausencia de políticas medioambientales sostenibles, y la integración del derecho a un medio ambiente sano en las nuevas políticas para abordar y mitigar las prolongadas sequías que afligen a Madagascar.

Se trata de una traducción automática. Rogamos disculpen los errores que puedan haberse producido. En caso de divergencia, la versión inglesa es la autorizada.

En mayo, Franciscans International visitó cuatro comunidades de Guatemala que sufren una grave contaminación debido a las actividades de las industrias extractivas. En los departamentos de Sacatepéquez, Santa Rosa, El Progreso y Jutiapa, la minería ha creado una amplia gama de problemas, que van desde la contaminación del agua por arsénico y otros contaminantes hasta el aumento de las tensiones dentro de las comunidades. Quienes se levantan contra los daños causados se enfrentan a la oposición de las autoridades, de empresas económicamente poderosas y de otros miembros de la comunidad que dependen de las minas para su subsistencia.

Como parte de la misión, la delegación de FI participó en un taller para «Guardianes de la Casa Común», un esfuerzo franciscano por crear una red para los interesados en el recién reconocido derecho humano a un medio ambiente sano. También aprovechamos la oportunidad para reunirnos con otras organizaciones de la sociedad civil y defensores de los derechos humanos para discutir cómo FI puede reforzar su capacidad para plantear cuestiones relacionadas con la impunidad corporativa en las Naciones Unidas y cómo sus experiencias pueden ayudar a informar las negociaciones en curso sobre un tratado vinculante sobre empresas y derechos humanos.

La cuestión de la impunidad corporativa encaja dentro de una tendencia más amplia en Guatemala, que ha visto un declive constante de su situación de derechos humanos en los últimos años. Los ataques contra los defensores de los derechos humanos y los activistas medioambientales, y su criminalización, se han convertido en rutina. La cooptación del poder judicial por intereses especiales ha debilitado las vías nacionales para la rendición de cuentas. Las comunidades indígenas se han visto desproporcionadamente afectadas por estas tendencias y se les ha negado sistemáticamente su derecho a otorgar o denegar su consentimiento libre, previo e informado al desarrollo de grandes proyectos industriales y agrícolas en sus tierras.

También aprovechamos la visita al país para reunirnos con los miembros guatemaltecos de la Red Franciscana sobre Migración (RFM). Aunque la mayoría de los migrantes sólo transitan por el país en su camino hacia el norte, muchos han cruzado recientemente la mortal Brecha de Darián, descrita por un migrante como «el infierno en la tierra». Los franciscanos que ofrecen apoyo en los refugios del RFM están documentando las traumáticas experiencias de los migrantes, incluyendo historias de abusos, explotación y extorsión. Mientras realizan su trabajo, que incluye la distribución de alimentos y medicinas a las madres y a sus hijos pequeños, los franciscanos se han enfrentado en repetidas ocasiones a las amenazas de las bandas.

FI ha planteado constantemente el deterioro de la situación de los derechos humanos en Guatemala a través de diversos mecanismos de la ONU. Aunque se eligió una nueva administración en junio de 2023, las promesas de reforma aún no se han materializado en la base y la información recopilada durante esta misión servirá para reforzar aún más nuestros esfuerzos de defensa. Mientras tanto, FI también seguirá construyendo y reforzando la capacidad de los franciscanos, sus socios de la sociedad civil y las comunidades indígenas para documentar las violaciones de los derechos humanos y abordarlas tanto a nivel nacional como internacional.

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Las violaciones de los derechos de los pueblos indígenas tienen amplias repercusiones que van más allá de las comunidades afectadas. Este reconocimiento fue fundamental para nuestro compromiso durante el 23º periodo de sesiones del Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas (FPCI), celebrado en Nueva York del 15 al 26 de abril. Las violaciones de derechos humanos cometidas por empresas transnacionales en tierras indígenas son a menudo emblemáticas de una impunidad empresarial más amplia. Como guardianes de casi el 80% de la biodiversidad que queda en el planeta, los pueblos indígenas también tienen un papel clave que desempeñar en la lucha por la justicia medioambiental. Pero, como señaló la presidenta del UNPFII durante su discurso de apertura, «como cualquier primer interviniente, necesitamos ayuda».

A lo largo de la sesión, Franciscans International escuchó para comprender mejor las continuas violaciones de los derechos humanos a las que se enfrentan las comunidades indígenas y ofreció plataformas para compartir esta información más ampliamente. Basándonos en nuestro trabajo anterior durante las negociaciones de un tratado vinculante de la ONU sobre empresas y derechos humanos en Ginebra, coorganizamos varios actos para debatir casos en curso y explorar vías para la rendición de cuentas.

«No queremos que nuestros hijos se agrupen en un mundo que es un desierto».

Representante indígena de Brasil

En estrecha colaboración con el Grupo de Trabajo sobre Minería (MGW, por sus siglas en inglés), FI participó en un desayuno de trabajo en el que representantes indígenas de las Américas pudieron exponer los daños causados en sus comunidades por las actividades empresariales. Entre ellos figuraban la contaminación generalizada y poco denunciada en Ecuador y la pérdida de medios de subsistencia a causa de la deforestación para despejar tierras para proyectos hidroeléctricos en Brasil. El MWG también organizó una «Conversación Norte-Sur» y un seminario web moderado por FI con jóvenes oradores indígenas para explorar diferentes elementos del derecho a la autodeterminación.

Por último, junto con la US Treaty Alliance, organizamos un debate para examinar los vínculos entre la defensa de base y la defensa internacional. Reuniendo un amplio abanico de experiencias, los ponentes analizaron qué acciones colectivas puede emprender la sociedad civil para que la realidad cotidiana de las comunidades de primera línea y de los pueblos indígenas se escuche mejor en la ONU.

El propio Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas también analizó el impacto de las empresas en los derechos de los pueblos indígenas, destacando que las industrias extractivas y los proyectos de energía verde a menudo conducen al despojo y la militarización de las tierras indígenas. Además, advirtió de los daños causados en algunos casos por los mercados de carbono y biodiversidad. Mientras FI continúa con su defensa de la justicia medioambiental y la responsabilidad empresarial, prestaremos atención a las voces de los pueblos indígenas y a las recomendaciones del UNPFII sobre la «transición justa» hacia una economía más ecológica.

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Franciscans International organizó recientemente un primer taller a través de su nuevo programa regional europeo antes del Examen Periódico Universal (EPU) de Italia. Los días 18 y 19 de abril, nueve hermanas y hermanos se reunieron en Asís para hacer un balance de las cuestiones de derechos humanos que ya están abordando a través de esfuerzos locales, y cómo éstos podrían beneficiarse de la promoción en las Naciones Unidas.

Durante el taller, los participantes identificaron cuatro de estas cuestiones: los derechos de los presos, el acceso a los servicios sanitarios públicos en zonas desatendidas, el cuidado de los bosques italianos y los derechos de los migrantes. Los franciscanos ya trabajan para mejorar la situación de las comunidades afectadas, y hubo un amplio acuerdo en que este trabajo por la justicia y la paz podría complementarse y ampliarse con el enfoque basado en los derechos de FI en la ONU.

En el marco del EPU, los Estados miembros de la ONU examinan los historiales de derechos humanos de los demás de forma rotatoria. Durante este proceso, pueden hacer recomendaciones para mejorar y abordar los problemas existentes. Al final de este proceso, se espera que el país examinado proporcione un marco de aplicación de los compromisos que asume, estableciendo puntos de referencia concretos para medir los avances. Como parte del EPU, la ONU también invita a las organizaciones de la sociedad civil a presentar informes, lo que brinda la oportunidad de arrojar luz sobre cuestiones de derechos humanos de las que no se informa. FI presentó anteriormente informes para los exámenes de Italia de 2009 y 2014.

Como siguiente paso, los franciscanos en Italia consolidarán la información a través de nuevos intercambios entre ellos y con FI para formar la base de un nuevo informe que se presentará en julio. El examen de Italia está previsto para enero de 2025.

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En marzo se celebró en Nueva York la mayor reunión anual de las Naciones Unidas sobre igualdad de género y empoderamiento de la mujer, con la celebración del 68º periodo de sesiones de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW). Franciscans International aprovechó esta oportunidad para proseguir su labor de defensa de la extrema pobreza, entre otras cosas como consecuencia del riesgo desproporcionado de violaciones de los derechos humanos que sufren las mujeres a manos de las empresas transnacionales.

Este año, también acogimos a un grupo de nueve mujeres franciscanas, activas en un amplio número de cuestiones de derechos humanos que van desde el trabajo social y la migración hasta el mundo académico, para que asistieran a la sesión, compartieran sus puntos de vista y se inspiraran para su trabajo.

 La 68ª sesión se centró en la necesidad de acelerar el empoderamiento de las mujeres y las niñas abordando la pobreza y reforzando las instituciones y la financiación. Aunque los Estados miembros de la ONU se han comprometido a alcanzar la igualdad de género para 2030, existe un déficit de gasto anual de 360.000 millones de dólares para hacer realidad este objetivo. Esto va al corazón de un problema fundamental: cuando se deja atrás a las mujeres, se nos frena a todos.

«Seguimos diciendo a las niñas que ‘disparen a la luna porque acabarán entre las estrellas’. Pero apenas podemos llegar a la luna», afirma Gabriella Martínez, de la Red de Acción Franciscana, que formaba parte de la delegación de FI. «En la sesión oí que la paz tiene un 20% más de probabilidades de durar si las mujeres participan en los diálogos. Puede que no parezca una gran diferencia, pero cuando tenemos todas estas disputas en el mundo, sí lo es. Y oí que las mujeres dicen: ‘Tenemos las soluciones; sólo que no tenemos los recursos'».

«Amortiguadores»

Uno de los principales motivos de preocupación para FI sigue siendo el papel de las empresas a la hora de alimentar las violaciones de los derechos humanos y la degradación del medio ambiente, que a menudo afecta de manera desproporcionada a mujeres y niñas. Aunque muchas empresas defienden de boquilla la igualdad de género, las mujeres se enfrentan a violaciones sistemáticas en todo el mundo, incluida la explotación financiera y sexual.

Al margen de la sesión, FI apoyó un acto organizado por las Feministas por un Tratado Vinculante, en el que las ponentes pudieron compartir casos de Argentina, Indonesia, Kenia y los Territorios Palestinos Ocupados. El debate también exploró formas de fortalecer los vínculos entre la CSW en Nueva York y las negociaciones en curso en la ONU en Ginebra sobre un nuevo tratado que regularía las actividades de las empresas transnacionales en virtud de la legislación internacional de derechos humanos. 

«Si San Francisco viviera hoy, estaría en la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer».

Hermana Maryann A. Mueller CSSF

Haciéndose eco de algunos de los temas debatidos durante este evento y tras dos intensas semanas, el documento final de la sesión reconoce que las mujeres y las niñas que viven en la pobreza se han convertido en «amortiguadores» en tiempos de crisis. Reconociendo las deficiencias de la arquitectura financiera internacional, la Comisión también recomendó a los Estados miembros de la ONU que pongan en marcha reformas que incluyan una fiscalidad progresiva, el cumplimiento de las normas laborales básicas y nuevas estrategias hacia economías sostenibles.

Estas Conclusiones Acordadas, junto con el lenguaje procedente de otros mecanismos de derechos humanos de la ONU y los compromisos de los Estados en virtud del derecho internacional, seguirán informando y dando forma al trabajo de FI para empoderar a quienes trabajan por la igualdad de género en las bases y en la ONU.

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Más de 281 millones de personas -casi el 4% de la población mundial- no viven en el país donde nacieron. El Día Internacional del Migrante es una ocasión para arrojar luz sobre los retos a los que se enfrentan las personas que se desplazan. Aunque el número de migrantes en todo el mundo sigue creciendo -debido a factores como la pobreza, la inseguridad o los efectos del cambio climático-, la aplicación de un enfoque de derechos humanos a la movilidad humana sigue retrasada.

Las políticas y prácticas hostiles en materia de inmigración, como la militarización de las fronteras y la criminalización de los migrantes, aumentan su vulnerabilidad ante las violaciones de los derechos humanos. Este es especialmente el caso en las Américas, donde estas prácticas obligan a las personas a utilizar rutas cada vez más peligrosas, sometiéndolas a extorsión, violencia sexual y asesinatos por parte de cárteles y contrabandistas.

En este contexto, los franciscanos están en primera línea para ayudar a los migrantes. Creada en 2018, la Red Franciscana de Migrantes (FNM) tiene como objetivo «formar un corredor de apoyo humanitario a los migrantes en todo el continente americano.» Los miembros de la Red trabajan directamente sobre el terreno proporcionando servicios esenciales como alojamiento temporal y alimentos, pero también buscan defender los derechos de los migrantes en las Naciones Unidas a través de Franciscans International.

El establecimiento de refugios cerca de los pasos fronterizos también desempeña un papel esencial para preservar la seguridad y la dignidad de las personas que se desplazan por Colombia, Centroamérica, México y Estados Unidos.

De hecho, muchas personas se encuentran en situaciones desesperadas cuando llegan a un refugio. Algunas lo han perdido todo, pueden haber presenciado o sufrido violencia extrema, o a veces se han visto separadas de su familia. Alejandra Conde, de la franciscana La 72, explica: «Estamos en un contexto en el sur de México donde hay muchísimos temas de violaciones por parte de las autoridades y también del crimen organizado, delincuencia común, secuestros, asaltos, robos y violencia sexual.»

«Somos defensores de los derechos de los migrantes».


Situado en Tenosique, el albergue La 72 acoge a migrantes y presta especial atención a las víctimas de delitos, ofreciéndoles apoyo psicológico e informándoles de sus derechos. «También tenemos en cuenta la interseccionalidad y prestamos atención específica a los grupos más vulnerables, como los menores no acompañados, los niños, las mujeres y los miembros de la comunidad LGBTQ+», explica Alejandra. Para ello, utilizan diversas estrategias, como crear diferentes espacios donde las personas se sientan seguras: por ejemplo, hay algunas partes del refugio donde sólo se permite la entrada a mujeres.

Como complemento al apoyo psicológico y el asesoramiento, la mayoría de los refugios ofrecen servicios médicos, supliendo así la falta de acceso de los inmigrantes a la atención sanitaria. También proporcionan artículos de primera necesidad, como alimentos, kits de aseo y ropa.

Para la hermana Isabel Turcios (FMI), directora del albergue para migrantes Frontera Digna, en Coahuila, su presencia es fundamental: «Dadas las situaciones de vulnerabilidad que viven los migrantes, el trabajo que se realiza desde este albergue es de vital importancia porque podemos escuchar, acoger, proteger y brindar asesoría jurídica en situaciones que lo requieran. Somos defensoras de los derechos de los migrantes». En Frontera Digna, las Hermanas ofrecen asistencia espiritual y asesoramiento, pero también derivan a las personas a otras organizaciones locales en función de sus necesidades.

«El tema de emigrar sin información es como si fueras por la calle con los ojos vendados porque no sabes dónde ir y qué hacer».

Otro punto en común entre los refugios de la Red es la importancia que se da al acceso a la información: «El tema de emigrar sin información es como si fueras por la calle con los ojos vendados porque no sabes adónde ir ni qué hacer», dice Alejandra Conde. Sin embargo, muchas personas inician su viaje sin conocer los procesos de regularización ni los mecanismos de protección disponibles. Cuando llegan a uno de los albergues, se les informa de las opciones que tienen y pueden elegir con conocimiento de causa qué hacer a continuación.

Sin embargo, aunque estos lugares son esenciales para garantizar la dignidad humana de las personas que se desplazan, se enfrentan constantemente a obstáculos. En primer lugar, la propia naturaleza de los albergues para migrantes los hace vulnerables al acoso y los ataques de agentes tanto estatales como no estatales. En México, no sólo los migrantes, sino también las personas que los acompañan en los procesos de regularización de visados, sufren amenazas periódicas por parte de las autoridades. Además, con unos flujos migratorios que no dejan de aumentar, los albergues suelen funcionar a plena capacidad. Esto se suma a una grave falta de financiación, ya que muchos refugios dependen de las donaciones: «Sería estupendo contar con ayuda financiera para imprevistos, así como para medicamentos básicos y otros artículos de socorro», dice la hermana Isabel.

A pesar de las dificultades, la Red Franciscana de Migrantes (FNM) mantiene la esperanza y el compromiso de proteger la dignidad de las personas que se desplazan: «Puede ser frustrante tener que enfrentarse cada día a estos abusos contra los migrantes», dice Alejandra. «Pero, al mismo tiempo, es muy satisfactorio ver a la gente salir con sus maletas, con sus chaquetas, con una tarjeta y su situación regularizada, y ver esas caras de felicidad cuando se van».

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Franciscans International se enorgullece de ser miembro de la diversa coalición mundial que ha recibido hoy el Premio de Derechos Humanos de la ONU. Otorgado una vez cada cinco años, el prestigioso premio reconoce el papel vital desempeñado por esta coalición en la defensa del reconocimiento por parte de los Estados miembros de la ONU del derecho humano a un medio ambiente limpio, sano y sostenible.

Este logro sólo fue posible gracias a los incansables esfuerzos que comenzaron hace más de una década y que dieron como resultado que miles de organizaciones y personas de todo el mundo se unieran para impulsar a las Naciones Unidas a reconocer este derecho, primero en 2021 por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU y posteriormente en 2022 por la Asamblea General de la ONU.

El premio fue aceptado en Nueva York en nombre de la coalición por seis representantes de África, Asia, Europa, el Pacífico, Norteamérica y Latinoamérica y el Caribe. La naturaleza diversa de este grupo no sólo representa el alcance de la coalición, sino que también ejemplifica la relevancia global del derecho a un medio ambiente sano como parte integrante del disfrute de todos los demás derechos humanos.

La Coalición Mundial de la Sociedad Civil, los Pueblos Indígenas, los Movimientos Sociales y las Comunidades Locales para el Reconocimiento Universal del Derecho Humano a un Medio Ambiente Limpio, Sano y Sostenible reúne a más de 1.350 organizaciones de 75 países.

En nuestro propio trabajo en FI, esta intersección y las nuevas vías de defensa que se abren con el reconocimiento de este derecho son también evidentes. En Asia-Pacífico y América, por ejemplo, las actividades empresariales descontroladas han afectado gravemente a las vidas de los pueblos indígenas y de otras comunidades que tradicionalmente dependen de su entorno natural para subsistir.

También en América, así como en África, la degradación medioambiental está exacerbando los flujos migratorios y los desplazamientos internos. Tanto a nivel de base como en procesos globales como las Conferencias de la ONU sobre el Clima, el derecho a un medio ambiente sano puede ser el fundamento de políticas inclusivas y basadas en los derechos que busquen combatir la triple crisis planetaria y sus impactos.

«La concesión del Premio de Derechos Humanos subraya la universalidad del derecho a un medio ambiente sano. Todos necesitamos aire limpio, alimentos adecuados y sostenibles, agua y saneamiento, y otros elementos del derecho a sobrevivir y prosperar», declaró Budi Tjahjono, Director de Incidencia Internacional de FI. «Ya son 161 los Estados que han consagrado este derecho en su legislación nacional. Aunque esto es alentador, es sólo el principio: debemos continuar y continuaremos nuestro trabajo para aplicar plenamente este derecho humano para todos.»

FI ha seguido abogando por la inclusión de este derecho en otros espacios y documentos finales, para garantizar la coherencia en toda la ONU.  FI también está realizando actualmente consultas e investigaciones para una nueva publicación que esperamos lanzar a principios de 2024. Mediante el análisis de casos concretos, este documento tratará de colmar las lagunas existentes en la comprensión del derecho recientemente reconocido y ofrecerá herramientas a los activistas de base y a los líderes comunitarios que tratan de proteger y hacer realidad el derecho a un medio ambiente sano.

Mientras celebramos el Premio de Derechos Humanos, seguimos comprometidos a trabajar con todos nuestros socios y a continuar el largo camino hacia la aplicación y el disfrute del derecho a un medio ambiente sano para todos.

Se trata de una traducción automática. Rogamos disculpen los errores que puedan haberse producido. En caso de divergencia, la versión inglesa es la autorizada.

Hace 75 años, cuando el mundo salía de los horrores de la Segunda Guerra Mundial, la Asamblea General de la ONU proclamó la Declaración de los Derechos Humanos. Hoy en día, sigue siendo un documento único que sitúa la dignidad inherente de todas las personas como fundamento de la libertad, la justicia y la paz.

Desde el principio, la Declaración Universal ha resonado profundamente entre los franciscanos. Observando el ejemplo de Francisco de Asís -cuya propia fe se forjó a través de su experiencia como soldado- es fácil ver cómo este documento encaja con su propia creencia intransigente en la dignidad humana.

Sin embargo, al conmemorar este aniversario, también queda dolorosamente claro que la realización de estos valores sigue siendo una realidad lejana para muchos, ya sea a causa de los conflictos, la pobreza extrema o las crisis medioambientales a las que nos enfrentamos. Junto con sus aliados, los franciscanos siguen comprometidos a poner en práctica las palabras de la Declaración Universal, tanto a través de la acción directa en la base como en la ONU.

Como parte de las celebraciones en torno al 75 aniversario de la Declaración Universal, la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos organizó un evento de alto nivel de dos días de duración en Ginebra. Durante esta reunión, se invitó a los Estados miembros de la ONU y a las organizaciones de la sociedad civil a participar en un «árbol de promesas» para ofrecer sus compromisos concretos con los derechos humanos.

Markus Heinze OFM, Director Ejecutivo de FI, aprovechó la ocasión para hacer la siguiente declaración:


«Franciscans International agradece la oportunidad de expresar nuestro compromiso con motivo del 75 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Durante casi 35 años, Franciscans International ha tendido puentes entre los franciscanos que trabajan a nivel de base y las Naciones Unidas.

Con el apoyo de nuestro equipo de expertos en derechos humanos en Ginebra y Nueva York, las preocupaciones de los franciscanos y de las comunidades que representan son llevadas a la atención de la comunidad internacional.

Uniendo estos dos mundos, Franciscans International aboga por la dignidad humana y la justicia medioambiental, utilizando un enfoque basado en los derechos.

Hoy celebramos la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Mañana, continuaremos nuestros esfuerzos para ayudar a hacer realidad las promesas que encierra para todos nosotros.

Por lo tanto,

Nos comprometemos a trabajar por una comunidad mundial en la que

  • se respete la dignidad de cada persona,
  • los recursos se compartan equitativamente,
  • se proteja el medio ambiente,
  • y las naciones y los pueblos vivan en paz.

Gracias».

Se trata de una traducción automática. Rogamos disculpen los errores que puedan haberse producido. En caso de divergencia, la versión inglesa es la autorizada.