Durante la última semana de octubre, los Estados miembros de la ONU se reunieron en Ginebra para continuar las negociaciones sobre un nuevo tratado que regularía las actividades de las empresas transnacionales en el marco del derecho internacional de los derechos humanos. Este grupo de trabajo intergubernamental de composición abierta (GTIG) fue creado en 2014 por el Consejo de Derechos Humanos, reconociendo que las empresas se encuentran entre los principales impulsores de las violaciones de derechos humanos en todo el mundo.
Franciscans International ha participado activamente en las nueve sesiones del IGWG celebradas hasta la fecha, aportando tanto conocimientos técnicos como ofreciendo una plataforma a los socios para que sus experiencias de primera mano puedan informar las negociaciones. En el pasado, hemos acogido a franciscanos y a otros defensores de los derechos humanos para que dieran testimonio de los impactos que las actividades empresariales tienen en sus comunidades, a menudo con consecuencias generalizadas e intergeneracionales.
Las negociaciones empiezan en serio
Al inicio de la 9ª sesión, varios Estados plantearon cuestiones y preocupaciones sobre el proceso de elaboración del cuarto borrador revisado, el texto propuesto que se está negociando. Entre ellas, la incorporación de algunas de las controvertidas 2022 propuestas realizadas por la presidencia, así como la falta de contribuciones entre sesiones de la región africana.
Tras llegar a un acuerdo sobre la publicación del cuarto borrador revisado en formatos «limpio» y «seguimiento de cambios» durante la sesión, las negociaciones continuaron y abarcaron el preámbulo y los Artículos 1 a 3 durante la semana. La sesión contó con una amplia participación de los Estados, así como de muchos Estados que no se habían unido previamente a las negociaciones.
Aunque esto fue una señal alentadora, sigue habiendo un desacuerdo fundamental entre los Estados sobre el alcance del tratado y qué tipos de empresas debe abarcar. Con grandes intereses financieros en juego, ha habido repetidos intentos por parte de algunos Estados e intereses empresariales de debilitar el texto. FI ha realizado y participado en declaraciones orales, incluso como miembros de las coaliciones Red-DESC y Feministas por un Tratado Vinculante. A lo largo de las negociaciones, nuestras intervenciones se han centrado en la necesidad de incluir un lenguaje sólido que establezca herramientas procesables para hacer frente a la realidad a la que muchas comunidades se enfrentan desde la base.
Voces de las bases
También copatrocinamos dos actos paralelos. El primer acto, «Un debate interregional para poner de relieve cuestiones clave que el Tratado puede abordar desde una perspectiva feminista», contó con la participación de un miembro del personal de FI y una Hermana Franciscana de Mozambique, que debatió la relevancia del futuro tratado en situaciones de conflicto basándose en su experiencia de apoyo a los desplazados internos. En un segundo acto, en el que se analizaron casos concretos de violaciones de derechos humanos y de destrucción ecológica, se examinó cómo estos ejemplos abordaban disposiciones específicas del tratado propuesto, incluidas sus disposiciones sobre prevención, acceso a la justicia y responsabilidad.
Para avanzar, el informe del Presidente-Relator ofrecía una serie de recomendaciones, entre ellas presentar una decisión de procedimiento al Consejo de Derechos Humanos solicitando recursos humanos y financieros adicionales para apoyar el proceso, celebrar consultas entre periodos de sesiones sobre la metodología y convocar «consultas temáticas interregionales entre periodos de sesiones» sobre el proyecto de tratado.
FI continuará siguiendo de cerca el proceso, y contribuirá activamente, cuando sea posible, a las reuniones entre sesiones y a otras oportunidades de consulta.
Se trata de una traducción automática. Rogamos disculpen los errores que puedan haberse producido. En caso de divergencia, la versión inglesa es la autorizada.