Los franciscanos a la cabeza en la defensa de los derechos humanos: Hermano René Flores OFM 

El continente americano es cada vez más vulnerable a los fenómenos meteorológicos extremos. Largos periodos de sequía alternados con fuertes lluvias y huracanes están afectando a millones de personas. Este es especialmente el caso del llamado «Corredor Seco», donde la escasez de agua y la inseguridad alimentaria han desencadenado grandes desplazamientos de población.  

Originario de El Salvador, Fray René Flores OFM trabaja en Panamá en cuestiones relacionadas con la movilidad humana y defiende los derechos de los desplazados en toda la región. Hablamos de lo que inspira su trabajo, así como de las raíces de su compromiso con la justicia social.  

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¿Puede presentarse y explicar su trabajo?  

Soy un hermano salvadoreño que fue nombrado por la Provincia Franciscana de América Central responsable de la oficina de JPIC (Justicia, Paz e Integridad de la Creación) en Panamá. También soy miembro del Comité de Incidencia de la Red Franciscana para Migrantes, para la que trabajo en la defensa de los derechos humanos y medioambientales. Esto incluye el acompañamiento a migrantes que cruzan la brecha del Darién entre Colombia y Panamá, o el Paso Canoas entre Panamá y Costa Rica. Para ello, colaboro con la Red Clamor, cuyo objetivo es fortalecer las organizaciones eclesiales de toda América Latina y el Caribe que acogen, protegen, promueven e integran a personas en situación de migración, desplazamiento, refugio y víctimas de trata.   

¿Qué le inspiró a empezar a trabajar en estos temas y cómo se relaciona con su vocación de hermano franciscano?  

Crecí en El Salvador en los años ochenta y noventa, en el contexto de la guerra civil. En aquella época, muchos sintieron la llamada a servir y cambiar la realidad del país, pero esto tenía un precio. Muchos sacerdotes, como monseñor Óscar Romero o Cosma Spessotto, fueron asesinados por su compromiso de ayudar a los más vulnerables y pedir la paz. También fue el caso de frailes asesinados durante la guerra civil en Guatemala y la revolución sandinista en Nicaragua. Comencé mi andadura como fraile franciscano en este contexto turbulento, que me desafió e inspiró a implicarme en la justicia social.  

¿Cuál es el principal reto ahora?                                    

Un gran reto que veo es el peligro de la apatía que lleva a la indiferencia de la gente. Es el riesgo de no querer implicarse ni organizar la transformación social porque el sistema ya te ha agotado y piensas que no se puede hacer nada.   

¿Cuál es el logro del que se siente más orgulloso y qué le inspira?   

La sensación de estar con personas que caminan en la transformación social, que creen en Jesucristo, y que al mismo tiempo se inspiran para trabajar por una sociedad más justa y equitativa. Es caminar con fe lo que más me inspira a continuar y saber que el camino franciscano encaja muy bien en este caminar con la gente.  

¿Cuál es su principal objetivo?  

Fortalecer los procesos de organización y formación de las personas con las que trabajo y para las que trabajo, no sólo los campesinos, sino también toda la Iglesia. Mi meta es poder incidir en el pueblo panameño para que se involucre junto con otras organizaciones y otros agentes de pastoral en un proceso de transformación para una mejor defensa de la vida y la creación.  

¿Cómo ve la diferencia entre el trabajo caritativo y el trabajo por los derechos humanos, y cómo cree que se complementan?  

Me gusta la expresión del Papa Francisco que dice que la forma más alta de caridad es la política. En efecto, una buena decisión política puede alcanzar y beneficiar a muchas personas. Pero el término «caridad» normalmente sólo puede quedarse en asistencia y ayuda. En cuanto a la defensa de los derechos humanos, considero que es mejor hablar de cuidar la dignidad y la integridad de la vida. Es buscar que todo ser humano y toda criatura viviente pueda existir en esta casa común, lo que se consigue a través del trabajo por los derechos humanos. 

Para más información, consulte nuestro artículo principal sobre los franciscanos a la cabeza en la defensa de los derechos humanos

Se trata de una traducción automática. Rogamos disculpen los errores que puedan haberse producido. En caso de divergencia, la versión inglesa es la autorizada.