En una votación histórica celebrada el 28 de julio, la Asamblea General de las Naciones Unidas reconoció por abrumadora mayoría el derecho humano a un medio ambiente limpio, sano y sostenible. Franciscans International celebra el apoyo de 161 Estados a esta resolución, que afirma que un medio ambiente sano es, de hecho, un derecho humano que debe protegerse y garantizarse a todos sin discriminación. Se trata de un paso importante hacia el fortalecimiento de los esfuerzos internacionales y nacionales para ayudar a preservar el medio ambiente en todo el mundo.
«El reconocimiento universal de un medio ambiente limpio, sano y sostenible ofrece una respuesta poderosa y eficaz que esperamos catalice cambios transformadores en nuestras sociedades, entre otras cosas generando un cambio de paradigma de lo que debe ser nuestra relación con el medio ambiente y los ecosistemas», declaró la Embajadora de Costa Rica, Maritza Chan Valverde, que presentó la resolución. También expresó la esperanza de que el reconocimiento universal contribuya a mejorar los resultados medioambientales de los Estados que ya han consagrado este derecho en su legislación nacional y proporcione un punto de partida para los cambios constitucionales y legislativos en los Estados que no lo han hecho.
Con su decisión, la Asamblea General también reafirmó una resolución de octubre de 2021 del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, que reconoció formalmente por primera vez este derecho a nivel internacional. Sin embargo, al ser la Asamblea General el único órgano de la ONU en el que todos los Estados miembros tienen igual representación, la votación de hoy tiene un significado adicional.
«Esta decisión es verdaderamente histórica. Sin embargo, también llega con mucho retraso y en un momento en el que todas las señales de alarma están en rojo y nos estamos quedando rápidamente sin opciones para evitar una catástrofe medioambiental mundial», declaró Sandra Epal-Ratjen, Directora de Incidencia Internacional de FI. «Ahora es innegable que el derecho a un medio ambiente limpio, sano y sostenible es un derecho humano que debe ser disfrutado por todos. Tras esta votación, todos los Estados deben comprometerse a hacerlo realidad».
El reconocimiento del derecho a un medio ambiente sano llega tras una larga y sostenida campaña internacional de defensa por parte de amplias coaliciones y sigue a los llamamientos de más de 1.350 organizaciones de la sociedad civil, pueblos indígenas, movimientos sociales y comunidades locales. La decisión de la Asamblea General también envía un fuerte mensaje que confirma que la lucha por la justicia medioambiental es, de hecho, una lucha por los derechos humanos.
FI continuará trabajando estrechamente con los franciscanos y otros socios de todo el mundo abogando por la aplicación plena y concreta de este derecho como base para unas políticas medioambientales más justas y eficaces.
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