El continente americano es cada vez más vulnerable a los fenómenos meteorológicos extremos. Largos periodos de sequía alternados con fuertes lluvias y huracanes están afectando a millones de personas. Este es especialmente el caso del llamado «Corredor Seco», donde la escasez de agua y la inseguridad alimentaria han desencadenado grandes desplazamientos de población.  

Originario de El Salvador, Fray René Flores OFM trabaja en Panamá en cuestiones relacionadas con la movilidad humana y defiende los derechos de los desplazados en toda la región. Hablamos de lo que inspira su trabajo, así como de las raíces de su compromiso con la justicia social.  

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¿Puede presentarse y explicar su trabajo?  

Soy un hermano salvadoreño que fue nombrado por la Provincia Franciscana de América Central responsable de la oficina de JPIC (Justicia, Paz e Integridad de la Creación) en Panamá. También soy miembro del Comité de Incidencia de la Red Franciscana para Migrantes, para la que trabajo en la defensa de los derechos humanos y medioambientales. Esto incluye el acompañamiento a migrantes que cruzan la brecha del Darién entre Colombia y Panamá, o el Paso Canoas entre Panamá y Costa Rica. Para ello, colaboro con la Red Clamor, cuyo objetivo es fortalecer las organizaciones eclesiales de toda América Latina y el Caribe que acogen, protegen, promueven e integran a personas en situación de migración, desplazamiento, refugio y víctimas de trata.   

¿Qué le inspiró a empezar a trabajar en estos temas y cómo se relaciona con su vocación de hermano franciscano?  

Crecí en El Salvador en los años ochenta y noventa, en el contexto de la guerra civil. En aquella época, muchos sintieron la llamada a servir y cambiar la realidad del país, pero esto tenía un precio. Muchos sacerdotes, como monseñor Óscar Romero o Cosma Spessotto, fueron asesinados por su compromiso de ayudar a los más vulnerables y pedir la paz. También fue el caso de frailes asesinados durante la guerra civil en Guatemala y la revolución sandinista en Nicaragua. Comencé mi andadura como fraile franciscano en este contexto turbulento, que me desafió e inspiró a implicarme en la justicia social.  

¿Cuál es el principal reto ahora?                                    

Un gran reto que veo es el peligro de la apatía que lleva a la indiferencia de la gente. Es el riesgo de no querer implicarse ni organizar la transformación social porque el sistema ya te ha agotado y piensas que no se puede hacer nada.   

¿Cuál es el logro del que se siente más orgulloso y qué le inspira?   

La sensación de estar con personas que caminan en la transformación social, que creen en Jesucristo, y que al mismo tiempo se inspiran para trabajar por una sociedad más justa y equitativa. Es caminar con fe lo que más me inspira a continuar y saber que el camino franciscano encaja muy bien en este caminar con la gente.  

¿Cuál es su principal objetivo?  

Fortalecer los procesos de organización y formación de las personas con las que trabajo y para las que trabajo, no sólo los campesinos, sino también toda la Iglesia. Mi meta es poder incidir en el pueblo panameño para que se involucre junto con otras organizaciones y otros agentes de pastoral en un proceso de transformación para una mejor defensa de la vida y la creación.  

¿Cómo ve la diferencia entre el trabajo caritativo y el trabajo por los derechos humanos, y cómo cree que se complementan?  

Me gusta la expresión del Papa Francisco que dice que la forma más alta de caridad es la política. En efecto, una buena decisión política puede alcanzar y beneficiar a muchas personas. Pero el término «caridad» normalmente sólo puede quedarse en asistencia y ayuda. En cuanto a la defensa de los derechos humanos, considero que es mejor hablar de cuidar la dignidad y la integridad de la vida. Es buscar que todo ser humano y toda criatura viviente pueda existir en esta casa común, lo que se consigue a través del trabajo por los derechos humanos. 

Para más información, consulte nuestro artículo principal sobre los franciscanos a la cabeza en la defensa de los derechos humanos

Se trata de una traducción automática. Rogamos disculpen los errores que puedan haberse producido. En caso de divergencia, la versión inglesa es la autorizada. 

Los efectos del cambio climático se han dejado sentir cada vez más en los últimos años y, como consecuencia de ello, ya se ha producido un fuerte aumento del número de personas desplazadas. Los fenómenos meteorológicos extremos, como inundaciones y huracanes, son cada vez más frecuentes. Al mismo tiempo, también observamos peligros de aparición lenta, como la desertificación y la subida del nivel del mar. Esto ya ha provocado la escasez de agua, la pérdida de la agricultura y de los medios de subsistencia, y la destrucción de los hogares de las personas, empujándolas a reubicarse internamente o fuera de las fronteras de su país.   

Durante su reciente Diálogo Interactivo con el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, el Relator Especial sobre el cambio climático, Ian Fry, presentó su informe sobre las implicaciones para los derechos humanos de los desplazamientos inducidos por el clima. Se trata del primer tema cubierto por el nuevo mandato desde su creación en mayo de 2022, lo que demuestra la urgencia de esta cuestión. En su informe, el Sr. Fry destacó la falta de protección jurídica de las personas desplazadas por el cambio climático a través de las fronteras internacionales. Por ejemplo, no están definidos como refugiados en la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951 de la ONU. Aunque a menudo se les denomina informalmente refugiados climáticos, en realidad no existe tal definición en el derecho internacional, lo que agrava el riesgo de violaciones de los derechos humanos contra este grupo.  

Franciscans International y sus asociados organizaron dos eventos paralelos sobre el desplazamiento climático y otro sobre la regularización de migrantes, a los que invitaron a ponentes de América y Asia-Pacífico para que compartieran sus experiencias e historias con expertos en derechos humanos y diplomáticos de la ONU. Llamaron la atención sobre el impacto desproporcionado de los fenómenos del cambio climático en grupos vulnerables como las mujeres, los niños y los pueblos indígenas. Las investigaciones indican que los desplazamientos inducidos por el clima no son un fenómeno neutro desde el punto de vista del género, ya que las mujeres tienen 14 veces más probabilidades de morir en caso de desplazamiento que los hombres. También son más vulnerables a la violencia sexual, el tráfico de personas y la falta de acceso a la salud reproductiva.   

El Hermano René Flores OFM, miembro de la Red Franciscana de Migrantes en Panamá, explicó las muchas formas en que las personas se ven afectadas por los fenómenos del cambio climático, especialmente en el Corredor Seco* de Centroamérica. Mientras que los años de sequía han provocado escasez de agua e inseguridad alimentaria, los huracanes también se han vuelto más severos. En 2020, Eta e Iota causaron inundaciones y destrucción en toda América Central, afectando a millones de personas. Estos acontecimientos, combinados con la pobreza extrema y la violencia, han impulsado una importante migración transfronteriza.  

Aunque la pérdida de recursos ligada a la movilidad humana es importante, las pérdidas no económicas también pueden ser devastadoras. La Sra. Lemaima Vaai, una joven indígena de la Iglesia Metodista de Samoa, planteó la cuestión del dolor emocional y espiritual de la reubicación. Para las comunidades del Pacífico, existe un profundo apego a la tierra que a menudo conlleva «sentimientos de pérdida y desconexión» al tener que trasladarse, así como el riesgo de que se pierdan los conocimientos indígenas.   

El Rev. James Bhagwan, secretario general de la Conferencia de Iglesias del Pacífico, también advirtió que «los líderes del Pacífico ya han identificado el cambio climático como la amenaza más importante para la seguridad regional». De hecho, puede convertirse en un factor de conflicto por la tierra y los recursos, especialmente si el aumento del nivel del mar amenaza la existencia misma de algunas naciones. Al no haber un lugar al que regresar para estas poblaciones, se desencadenarían desplazamientos permanentes, así como profundos cuestionamientos sobre la condición de Estado y la soberanía.   

Este es el caso de la República de Kiribati, un grupo de 33 islas del Pacífico de unos 100.000 habitantes, y uno de los pequeños Estados insulares en desarrollo que corre mayor riesgo de ser engullido. FI planteó este caso en los Exámenes Periódicos Universales del país en 2014 y 2020 para presionar a la comunidad internacional para que reconozca y aborde este problema.   

Dado que las consecuencias del cambio climático son cada vez más graves, es necesario abordar las actuales lagunas de protección y contar con instrumentos jurídicos y políticas que reflejen la situación actual. Para lograrlo, es esencial que los responsables de la toma de decisiones en la ONU escuchen a los más directamente afectados para comprender la realidad sobre el terreno.   

FI se une al llamamiento del Relator Especial para que se tomen medidas urgentes, especialmente teniendo en cuenta que las consecuencias del desplazamiento inducido por el clima sólo empeorarán cada día que no actuemos. Junto con nuestros asociados y hermanos y hermanas franciscanos de base, seguiremos abogando por un enfoque basado en los derechos humanos en torno al desplazamiento climático que garantice el respeto de la dignidad de cada persona.   

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Para más información sobre la labor franciscana en materia de movilidad humana, consulte nuestra publicación «Rompiendo Los Muros» y nuestras intervenciones en las Naciones Unidas. 

*»El Corredor Seco incluye partes de Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua. Se caracteriza por largos periodos de sequía alternados con periodos de fuertes lluvias que afectan gravemente a los medios de subsistencia y la seguridad alimentaria de sus 10 millones de habitantes.»

Se trata de una traducción automática. Rogamos disculpen los errores que puedan haberse producido. En caso de divergencia, la versión inglesa es la autorizada. 

Cuando los debates del Consejo de Derechos Humanos terminaron por ese día en las Naciones Unidas, franciscanos y aliados cercanos de diversas procedencias se dirigieron a la oficina de Franciscans Intenational en la tarde de verano: era, en efecto, el momento de hacer una pausa, unirse y celebrar nuestra presencia y trabajo conjuntos.

El empeño de los franciscanos de base y de algunos de sus aliados más cercanos está en el centro de la celebración. Vienen de México, El Salvador, Panamá, Sri Lanka e Indonesia para compartir y plantear las preocupaciones de los migrantes, los desplazados y otras personas que sufren violaciones de los derechos humanos en la ONU.

Se les unió el personal de FI, los directores de la Oficina de Justicia, Paz e Integridad de la Creación OFM que vinieron de Roma, y grupos franciscanos de Suiza y Francia, en un espíritu de fraternidad. Una velada para compartir el pan, historias e inspiración.

Alejandra Conde, de La 72 – Hogar Refugio para personas migrantes, una iniciativa franciscana en México, lo resume todo: «Ha sido una experiencia que me ha hecho sentir en familia. La recepción, la familiaridad y el compartir entre hermanas y hermanos franciscanos me ha llenado espiritualmente y ha fortalecido el trabajo que hacemos con la Red Franciscana para Migrantes. Porque fortalece el sentimiento de que no estamos solos».

Se trata de una traducción automática. Rogamos disculpen los errores que puedan haberse producido. En caso de divergencia, la versión inglesa es la autorizada.

En Brasil, el gobierno de Jair Bolsonaro (2019-2022) ha impulsado más minería, incluso en tierras indígenas protegidas. Estas medidas regresivas aceleraron no solo la deforestación, sino también la pérdida de biodiversidad, la contaminación de las fuentes de agua por mercurio, la inseguridad alimentaria y los riesgos para la salud de las poblaciones locales. Desde que el presidente Luiz Inácio Lula da Silva asumió el cargo a principios de año, un nuevo gobierno brasileño se ha comprometido a retirar a los mineros ilegales de las tierras indígenas y a llevar asistencia sanitaria a las poblaciones afectadas, especialmente en territorio yanomami

Conoce al Hermano Rodrigo Péret OFM, que vive en el estado de Minas Gerais, conocido como el «almacén» de riquezas minerales del suelo. FI habló de su trabajo sobre las violaciones del medio ambiente y de los derechos humanos derivadas de la minería ilegal, y de cómo el cambio de administración es una oportunidad para mejorar la rendición de cuentas de la industria extractiva, más recientemente a través del mecanismo del Examen Periódico Universal (EPU) de la ONU.  

 ¿Puede presentarse y explicar su trabajo, especialmente en temas de minería?

Me llamo Rodrigo, soy un hermano franciscano que vive en la ciudad brasileña de Uberlândia, y pertenezco a la Custodia Franciscana del Sagrado Corazón. Nací en el estado de Minas Gerais, donde dos grandes desastres mineros (2015 y 2019) mataron en total a 291 personas, destruyeron las cuencas de dos ríos y afectaron a miles de personas. Desde entonces, no se ha producido ninguna reparación real ni se ha hecho justicia. También he estado trabajando desde la década de 1980 en conflictos de tierras y reforma agraria porque muchas personas dependen de la tierra para sobrevivir, ya sea para la vivienda o para producir alimentos. Más tarde empecé a abordar cuestiones en torno a la minería porque, en Minas Gerais, la extracción de rocas fosfáticas, niobio y elementos de tierras raras está causando importantes impactos ambientales. Cabe señalar que esta zona se encuentra en el Bioma del Cerrado, que cubre el 25% de Brasil y es uno de los ecosistemas más importantes del mundo. 

¿Qué le inspiró para iniciar este trabajo? ¿Y cómo se relaciona con su vocación de Hermano Franciscano?

Mi inspiración viene de Francisco. Cuando abrazó a los leprosos, quiso decir que abrazaba a todos los excluidos. Cuando me trasladé al estado de Minas Gerais, a la región del Triângulo Mineiro, pensé en quiénes son los excluidos de nuestra sociedad, a los que tengo que dedicar mi vida como persona consagrada. Esto no es algo que hago sólo por trabajo, es también una forma de vivir. Estudié ingeniería civil, lo que me ayudó a comprender mejor las cuestiones mineras y medioambientales, y así servir mejor a la gente. Entiendo mi vida desde esta perspectiva, un evangelio que tiene una dimensión social y medioambiental. 

Según usted, ¿cuáles son algunos de los principales retos a los que nos enfrentamos hoy en día?

Creo que el principal reto es cómo entendernos en un mundo consumista. Hoy se habla de la transición energética hacia las llamadas «energías limpias». Pero si el litio y otros elementos -metales y minerales- son necesarios para desarrollar estas tecnologías, significa aumentar la minería, lo que va a ejercer más presión sobre los territorios, provocando más conflictos y destrucción. El segundo reto es cómo acercarse a los que más sufren el cambio climático. Como no tiene el mismo impacto en todas partes ni en todos, esto es algo que tenemos que abordar. El último reto es cómo construir un mundo nuevo a partir de esto, con más respeto por este planeta, la Madre Tierra, que nos alimenta y nos gobierna. 

¿Cuál diría que es el logro del que se siente más orgulloso?

Es comprender que Dios está en todas partes. Incluso en la pobreza extrema, la gente tiene su propia dignidad, y la vida está ahí. Pero cuando los derechos fundamentales están amenazados, hay que trabajar con todas las herramientas existentes, por eso es importante estar en los debates de la ONU y a nivel local. También lo es poder utilizar estos instrumentos desde una perspectiva diferente, teniendo en cuenta que la construcción de lo que llamamos el Reino de Dios es un proceso en el que debemos implicar a diferentes personas. Necesitamos unirnos para tener una voz fuerte y hacerla oír. 

¿Cómo ha utilizado el mecanismo del Examen Periódico Universal (EPU)? ¿Y cree que el nuevo gobierno tendrá un impacto en su uso?

El EPU es un proceso importante porque revela las obligaciones que tienen los países en materia de derechos humanos. Escribimos un informe sobre las consecuencias del mandato de Bolsonaro: fue un verdadero desastre, especialmente en lo que se refiere a la economía extractiva, el incumplimiento de las leyes medioambientales y la destrucción de la Amazonia. Llegamos a las pre-sesiones en agosto del año pasado, y los países hicieron recomendaciones a Brasil en noviembre. Ahora nuestro objetivo es trasladar estas recomendaciones a la sociedad civil, y abrir vías de negociación para ir hacia una mayor responsabilidad empresarial relacionada con los derechos humanos. Para ello, necesitamos trabajar tanto a nivel local como internacional, implicando a toda la familia franciscana en el proceso. No será fácil recuperarse de los últimos años, pero creo que el nuevo gobierno de Lula traerá consigo una mejor aplicación de estas recomendaciones. Aun así, vamos a necesitar la presión internacional para impulsar cambios importantes en las políticas nacionales. 

En la última década, Brasil ha sido catalogado como el país más mortífero para los defensores de la tierra y el medio ambiente. ¿Ha sentido alguna vez ese riesgo? ¿Y qué cree que hay que hacer en materia de protección?

Por supuesto. Como muchas otras personas, me he enfrentado regularmente a amenazas relacionadas con mi trabajo e incluso me han detenido. Ahora estoy en un programa de protección. En Brasil, los que corren más riesgos son los defensores de los derechos humanos que se ocupan de cuestiones medioambientales. Creo que es importante crear una red en el territorio de personas que se protejan entre sí. Pero también es necesario que el gobierno federal aplique mejor las políticas relacionadas con la protección de los defensores de los derechos humanos y del medio ambiente. Ahora, con el cambio de gobierno, tenemos más vías para conseguirlo.

Para más información, consulte nuestro artículo principal sobre los franciscanos a la cabeza en la defensa de los derechos humanos.

Se trata de una traducción automática. Rogamos disculpen los errores que puedan haberse producido. En caso de divergencia, la versión inglesa es la autorizada.

Este año, el Día Mundial del Medio Ambiente se centra en el tema de la contaminación por plásticos y la necesidad de acelerar las medidas para combatirla. Como parte de este esfuerzo, han comenzado las negociaciones de la ONU para elaborar un instrumento jurídicamente vinculante sobre la contaminación por plásticos. Es importante destacar que la resolución que establece las negociaciones pide que el instrumento contenga disposiciones que fomenten «la acción de todas las partes interesadas, incluido el sector privado». 

En una declaración publicada antes del Día Mundial del Medio Ambiente, los relatores especiales de la ONU sobre residuos tóxicos y sobre medio ambiente destacan la magnitud del problema: cada año se generan en el mundo 400 millones de toneladas de plástico, cuya producción depende casi exclusivamente de combustibles fósiles. Advierten de que «el plástico, los microplásticos y las sustancias peligrosas que contienen pueden encontrarse en los alimentos que comemos, el agua que bebemos y el aire que respiramos. Aunque todo el mundo se ve afectado por los impactos negativos del plástico sobre los derechos humanos, el nivel de exposición a la contaminación y los residuos relacionados con el plástico afecta en mayor medida a las comunidades marginadas.»

Franciscans International subraya el papel del sector privado en la contaminación por plástico y, de hecho, en toda la triple crisis planetaria de cambio climático, pérdida de biodiversidad y contaminación a la que se enfrenta actualmente el mundo. Debemos enfrentarnos a la realidad de que, aunque las operaciones y actividades de las empresas son uno de los motores de esta crisis, ha habido poca rendición de cuentas. En cambio, nuestros socios sobre el terreno siguen llamando la atención sobre los efectos adversos a los que se enfrentan sus comunidades como consecuencia de las actividades empresariales, que van desde las industrias extractivas hasta la eliminación de residuos.

«En el mundo globalizado de hoy, tanto las actividades empresariales como la contaminación que provocan no conocen fronteras. Las consecuencias negativas de esta situación para los derechos humanos sólo pueden abordarse mediante un esfuerzo colectivo de la comunidad internacional», afirma Markus Heinze OFM, Director Ejecutivo de Franciscans International. «No podemos tolerar una situación en la que las comunidades, especialmente en el Sur Global, son las primeras en ser explotadas por sus recursos, soportan el peso del cambio climático y a menudo se convierten en ‘zonas de sacrificio’ de residuos y contaminantes. Unos mecanismos de la ONU fuertes y jurídicamente vinculantes en este contexto son fundamentales para un mundo justo y habitable».

En esta línea, Franciscans International sigue abogando por un instrumento jurídicamente vinculante de la ONU que regule las empresas transnacionales en el marco del derecho internacional de los derechos humanos. Aunque las resoluciones de la Asamblea General de la ONU y del Consejo de Derechos Humanos que reconocen el derecho a un medio ambiente limpio, sano y sostenible recuerdan los Principios Rectores de la ONU sobre las Empresas y los Derechos Humanos, está claro que los Estados deben ir más allá de los principios y compromisos no vinculantes. Por el contrario, los Estados deben cumplir sus obligaciones en materia de derechos humanos, impedir las violaciones y la degradación del medio ambiente por parte de las entidades empresariales, incluso extraterritorialmente por parte de las empresas «domiciliadas en su territorio y/o jurisdicción»,1 y garantizar una reparación adecuada.

Además, como señaló el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la ONU, los Estados incumplen sus obligaciones cuando «dan prioridad a los intereses de las entidades empresariales sobre los derechos del Pacto sin una justificación adecuada […]». Franciscans International llama la atención sobre la presencia de entidades (e intereses) empresariales en la ONU, incluso en foros relacionados con el medio ambiente, como parte del llamado «multi-stakeholderismo».2  Las empresas sólo pueden ser «parte de la solución», como subrayan los funcionarios de la ONU, cuando existe una regulación adecuada y cuando se las hace responsables de los abusos de los derechos humanos y de la degradación del medio ambiente causados por sus actividades.

En este Día Mundial del Medio Ambiente, Franciscans International subraya la gravedad de la triple crisis planetaria y la urgencia de garantizar que no se siga dando prioridad a los resultados empresariales por encima de las personas y el planeta.

  1. Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, Observación General nº 24, párrafo 26.
  2. Véase, por ejemplo COP27: Sharp rise in fossil fuel industry delegates at climate summit, BBC, 10 de noviembre de 2022, y Corporate Capture of the United Nations, ESCR-Net, 11 de febrero de 2021.

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La Junta Directiva Internacional (IBD) de Franciscans International se reunió en Asís, Italia, del 11 al 14 de mayo de 2023. Después de importantes deliberaciones, oración y discernimiento, el 13 de mayo el IBD nombró a Blair Matheson TSSF, para ser el nuevo Director Ejecutivo de FI. Sustituirá al Hermano Markus Heinze OFM el 1 de enero de 2024.

Blair es un franciscano anglicano de la Tercera Orden de Nueva Zelanda. Él y el Hno. Markus trabajarán juntos durante el período de transición desde ahora hasta el final del año civil en curso. La Junta reconoce la enorme contribución del Hno. Markus, quien, durante los últimos once años, ha guiado a FI a través de cambios significativos hacia la estabilidad organizativa y financiera.

Los miembros del IBD esperan trabajar con Blair y el dedicado personal de FI mientras continuamos defendiendo la dignidad humana, cuidando de la creación y promoviendo la paz, defendiendo los derechos humanos y planteando estas preocupaciones en las Naciones Unidas y ante la comunidad internacional.

Foto de izquierda a derecha: Markus Heinze OFM; Blair Matheson TSSF; Michael Perry OFM; Carlos Trovarelli OFMConv (enlace de la Conferencia de la Familia Franciscana); Charity Nkandu SFMA; Carolyn Townes OFS; James Donegan OFMCap; José Eduardo Jazo TOR; y Joseph Blay OFMConv.

¡Estamos encantados de lanzar hoy nuestro nuevo sitio web! Durante el último año y medio, Franciscans International ha trabajado para crear un sitio web con un simple objetivo en mente: hacer que nuestro trabajo sea más accesible para ustedes.

Les invitamos a echarle un vistazo y esperamos que compartan nuestro entusiasmo. Antes de visitarlo, nos gustaría aprovechar esta oportunidad para destacar algunas de las nuevas características que más nos entusiasman.

Los franciscanos y las Naciones Unidas

Los valores franciscanos están en el centro de nuestra actividad de incidencia en las Naciones Unidas. El nuevo sitio web contiene más información sobre el modo en que conectamos estos dos mundos y sobre cómo esto influye en el trabajo que desarrollamos. También hemos agregado nuevas secciones con historias de hermanas y hermanos que hacen labor de incidencia en las Naciones Unidas y con recursos que exploran las raíces y las dimensiones espirituales de nuestro trabajo en las Naciones Unidas.

Mejor acceso a nuestros recursos

Todas nuestras operaciones de incidencia, las herramientas y las publicaciones son ahora fácilmente accesibles en una sola sección. El sitio web ha sido construido con una nueva característica que les permitirá buscar y filtrar estos recursos según su tipo, el tema, la fecha y los países y regiones cubiertos. Hemos agregado una función similar para ayudarles a navegar a través de nuestros informes anuales y boletines pasados. Finalmente, una barra de búsqueda general mejorada en la parte superior de nuestro sitio web les permitirá encontrar fácilmente lo que buscan.

¡Vengan a conocernos en seis idiomas!

Queremos asegurarnos de que nuestro trabajo sea accesible para todos; por eso nuestro nuevo sitio web está disponible en inglés, francés, alemán, italiano, español y portugués. Es posible pasar fácilmente de un idioma a otro seleccionando la opción deseada en la parte superior e inferior de la pantalla. Si bien hacemos todo lo posible para que nuestros contenidos estén disponibles en todos los idiomas, si no hay una traducción disponible, la versión en inglés seguirá apareciendo de manera predeterminada.

Conocimiento de nuestro trabajo

Los franciscanos trabajan en una amplia variedad de cuestiones en todo el mundo; nos damos cuenta de que a veces esto puede ser complicado. Ahora es posible encontrar una descripción general sencilla de cómo traducimos este trabajo de las bases en acciones concretas en las Naciones Unidas. También hemos agregado nuevas secciones en las cuales es posible informarse sobre nuestra actividad de incidencia temática y regional y ver nuestras últimas actividades en cada área de un vistazo.

Apoyar las voces franciscanas en las Naciones Unidas nunca ha sido tan fácil

Finalmente, aunque no por ello menos importante, podemos amplificar las voces franciscanas en las Naciones Unidas solamente por medio de un generoso apoyo de nuestros donantes. Sin embargo, esta no debería ser la parte más complicada. Hemos actualizado nuestra plataforma de donaciones haciéndola lo más sencilla posible para cualquier persona que desee apoyar nuestro trabajo. A través del nuevo sitio web es posible hacer una contribución, grande o pequeña, con solo unos pocos clics. ¡Pasen la voz!

Comparte tus ideas

Esperamos que este sitio web y todas sus nuevas funciones sean de su agrado. Junto con los expertos de Longbeard, hemos hecho todo lo posible para que el trabajo de los franciscanos en la ONU sea lo más accesible posible. Les animamos a compartir sus comentarios con nosotros para que podamos seguir mejorando.

Franciscans International participó en la vigésimo segunda sesión del Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas (UNPFII) en Nueva York, centrada en «Pueblos indígenas, salud humana, salud planetaria y territorial y cambio climático: un enfoque basado en los derechos». Durante estas dos semanas, FI tuvo la oportunidad de reunirse con organizaciones de base y otros socios, como el Consejo Indígena Misionero (CIMI) y la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), cuyas delegaciones incluían a personas de la Amazonia de Brasil, Ecuador y Bolivia. Muchas de las intervenciones de los grupos indígenas se centraron en la llamada «transición energética» y expresaron su preocupación por la explotación minera extensiva de las tierras indígenas y los consiguientes impactos sobre el medio ambiente y los derechos humanos.

Sobre la base de su trabajo en la ONU en Ginebra, FI pidió apoyo para las negociaciones en curso hacia un instrumento jurídicamente vinculante para regular las empresas transnacionales en virtud del derecho internacional. FI planteó previamente los impactos negativos de las actividades empresariales sobre los pueblos indígenas durante un evento paralelo de alto nivel en la 20ª sesión del UNPFII.

FI también compartió recomendaciones con algunos miembros del UNPFII para incluir lenguaje sobre el derecho a un medio ambiente limpio, saludable y sostenible (R2HE) en el informe final, tras el reconocimiento de este derecho por la Asamblea General de la ONU y el Consejo de Derechos Humanos de la ONU en 2022 y 2021, respectivamente. El Hermano Rodrigo Péret OFM también se unió a FI durante las reuniones al margen del foro e hizo una presentación ante el Grupo de Trabajo de Minería sobre cuestiones extractivas y sobre cómo las organizaciones de la sociedad civil de todo el mundo pueden trabajar juntas para contrarrestar estas tendencias.

Acogimos con satisfacción el proyecto de informe del UNPFII, que reiteraba las recomendaciones de FI sobre las siguientes cuestiones: :

  • Sobre la R2HE: «El derecho a un medio ambiente limpio, sano y sostenible, el derecho a la salud y al desarrollo y los derechos de los Pueblos Indígenas deben considerarse interconectados y deben reforzarse en las negociaciones intergubernamentales como elementos esenciales de un marco integrado de gobernanza de la salud planetaria».
  • Sobre un instrumento jurídicamente vinculante: «El Foro Permanente acoge con satisfacción los esfuerzos internacionales en curso para desarrollar instrumentos jurídicamente vinculantes que garanticen la rendición de cuentas y la diligencia debida por parte de las empresas transnacionales. El reflejo de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas en tales instrumentos es esencial.»

FI seguirá vigilando la evolución de las cuestiones relacionadas, así como la aplicación de las principales recomendaciones. También seguiremos abogando por una mejor protección de los Pueblos Indígenas contra los abusos de los derechos humanos causados por las actividades empresariales. Para obtener más información sobre el compromiso de FI para elevar las voces de los Pueblos Indígenas, especialmente en el contexto de las industrias extractivas, echa un vistazo a nuestro artículo sobre «trabajando hacia la responsabilidad empresarial en las Naciones Unidas».

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Filipinas ha experimentado graves violaciones de los derechos humanos en las últimas décadas, especialmente vinculadas a la «guerra contra las drogas» del expresidente Duterte (2016-2022). Su mandato se caracterizó por las amenazas, las ejecuciones extrajudiciales, las desapariciones forzadas y el acoso a los defensores de los derechos humanos.

Conozca a la hermana Susan Esmile SFIC, que pertenece a la Congregación de las Hermanas Franciscanas de la Inmaculada Concepción.* En 2008, fue asignada como Coordinadora de Justicia, Paz e Integridad de la Creación de la Provincia Norte de Filipinas. Desde entonces, ha trabajado para proteger a las personas en situación de riesgo, alimentar a los pobres, fortalecer las comunidades y apoyar a las víctimas de la injusticia.

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¿Cuáles son los principales problemas de derechos humanos en Filipinas y cómo se relacionan con su trabajo?

Las violaciones del derecho a la vida, a la alimentación, al agua potable y a la vivienda, así como la corrupción, son los principales problemas de derechos humanos en Filipinas. Las personas que viven en la pobreza son las más vulnerables, y cuando no pueden estudiar o carecen de mejores oportunidades, a veces pueden caer en la trampa de la venta de drogas. Durante la «guerra contra las drogas» de Duterte, miles de personas desaparecieron o aparecieron muertas. En el marco de la operación «Tokhang», la policía podía hacer redadas en los domicilios de los sospechosos sin orden judicial.

Se suponía que debían persuadirlos para que se rindieran y pusieran fin a sus actividades ilegales. En realidad, la mayoría de ellos fueron asesinados ilegalmente, a menudo en sus propias casas. Visitamos el velatorio de las víctimas y tratamos de consolar a las afligidas familias con nuestra presencia. Dimos una pequeña ayuda económica a los más pobres, sobre todo cuando los asesinados eran el sostén de las familias. Intentamos organizar y reunir a las familias de las víctimas que vivían en la misma zona y las remitimos a otras instituciones que pudieran ayudarlas a afrontar sus traumas.

¿Qué le inspiró a empezar a trabajar en cuestiones de derechos humanos y cómo se relaciona con su vocación de religiosa franciscana?

Para mí, nuestro compromiso con Dios significa abrazar la causa o la misión de Cristo. Esto significa proteger la vida, dar de comer al hambriento, vestir al desnudo, liberar a los cautivos, etcétera. Para mí es una tarea difícil si quiero ser discípulo de Cristo. Creyendo que San Francisco de Asís ha seguido a Jesús y el Evangelio casi al pie de la letra, siento que esa es también mi vocación: ser fiel a su ejemplo de entrega total a la causa de Cristo.

¿Puede dar ejemplos de personas a las que haya ayudado a proteger?

Los militares perseguían o perseguían a muchas personas por su orientación política o por ser testigos de ejecuciones extrajudiciales. En 2007, el señor Rodolfo Jun Lozada destapó un escándalo de corrupción en el que estaba implicada la entonces presidenta Gloria Macapagal Arroyo. Recibió muchas amenazas de muerte de las personas implicadas en ese escándalo, así que solía ser yo quien lo acompañaba a las audiencias.

También nos ocupamos de la familia de una joven que presenció el asesinato de Kian de Los Santos, una de las numerosas víctimas del «Tokhang». Durante más de un año, acompañamos a la testigo a las vistas judiciales para garantizar su seguridad y darle apoyo moral. Por supuesto, siempre existía el riesgo de que la policía, los militares o los vigilantes nos atraparan mientras transportábamos a la persona de un lugar a otro, sobre todo si se trataba de alguien de alto perfil.

¿Cuál es su mayor logro?

Invité a víctimas de la trata de personas y a familiares de las víctimas de la guerra de Duterte contra las drogas, y les pedí que compartieran sus experiencias con las hermanas como forma de ayudarles a liberarse de sus penas y sufrimientos y a encontrar apoyo en ellas. En cuanto a las hermanas, las hizo más conscientes de lo que ocurre en nuestra sociedad, de modo que sus oraciones por las víctimas de la injusticia son más concretas después de conocer personalmente y escuchar experiencias de primera mano de las víctimas. Durante la pandemia, también pedimos donativos y trabajamos con algunos grupos y personas para proporcionar ayuda: productos como arroz, conservas y verduras, a través de despensas comunitarias a los pobres, especialmente a los que han perdido su trabajo.

En su opinión, ¿cuál es la diferencia entre la caridad y el trabajo por los derechos humanos? ¿Y cree que se complementan?

La caridad y los derechos humanos son similares en muchos aspectos obvios. Ambos son actos de compasión y reconocimiento de la dignidad de la persona. Pero la caridad consiste más en dar bienes materiales a los pobres, mientras que el trabajo por los derechos humanos aborda las raíces de su sufrimiento. La caridad no es una obligación. El trabajo por los derechos humanos es algo más: es un compromiso necesario.

*La SFIC es miembro de la Asociación de Superiores Mayores Religiosos de Filipinas (AMRSP), ahora llamada Conferencia de Superiores Mayores de Filipinas (CMSP). Uno de los socios misioneros de esta institución es la Comisión de Justicia, Paz e Integridad de la Creación (JPICC) cuyos miembros son los representantes de JPIC de las diferentes congregaciones miembros.

Para más información, consulte nuestro artículo principal sobre los franciscanos a la cabeza en la defensa de los derechos humanos.

Se trata de una traducción automática. Rogamos disculpen los errores que puedan haberse producido. En caso de divergencia, la versión inglesa es la autorizada.

En todo el mundo hay personas comprometidas con la protección y promoción de los derechos humanos. Mientras que algunas optan por centrarse en un tema concreto, como el derecho al agua o la pobreza extrema, otras trabajan con determinados grupos como mujeresniñospueblos indígenas o migrantes y refugiados. Pueden trabajar individualmente o con otros, profesionalmente o no, y de muchas maneras: por ejemplo, mediante la recopilación y difusión de información, la defensa de los derechos a escala local, nacional e internacional, o el apoyo a las víctimas.

Lo sepan o no, su contribución a la dignidad y la justicia a través de la acción pacífica les convierte en defensores de los derechos humanos.

Los defensores de los derechos humanos desempeñan un papel vital en nuestras sociedades. Son fundamentales para la aplicación de nuestros derechos fundamentales, lo que significa que su trabajo nos beneficia a todos. Sin embargo, esto no está exento de desafíos, y al trabajar por una mayor justicia, también corren el riesgo de exponerse al acoso, las amenazas de muerte y otras formas de intimidación. El gran alcance de las amenazas y represalias contra los/as DDH motivó a la Asamblea General de la ONU a adoptar la Declaración sobre los Defensores de los Derechos Humanos en 1998.

Por primera vez, se reconoció la contribución esencial de los/as DDHs a la sociedad, al mismo tiempo que su derecho a ser protegidos. La Declaración establece claramente que los defensores tienen derecho a defender los derechos humanos, a asociarse libremente con otros, a documentar los abusos de los derechos humanos, así como a acceder a la protección de la ONU y de los mecanismos regionales.

Como el 9 de diciembre de 2023 se celebra el 25 aniversario de la Declaración, queremos arrojar luz sobre las mujeres y los hombres de la familia franciscana que trabajan por el respeto de los derechos humanos fundamentales en diferentes regiones del mundo. Los valores franciscanos de igual dignidad, paz y cuidado de toda la creación están en el corazón de su compromiso. En esta serie, nos centramos en las hermanas y hermanos que están a la vanguardia de la ayuda a las comunidades y poblaciones marginadas cuyos derechos más básicos son violados. 

Citando a Mary Lawlor, Relatora Especial sobre la situación de los defensores de los derechos humanos, «los defensores de los derechos humanos son personas corrientes que hacen cosas extraordinarias». En este espíritu, muchos franciscanos encajan perfectamente en la definición: verdaderos defensores de los derechos humanos, que trabajan por un mañana mejor.